Izquierda Unida - León

IU solicita explicaciones sobre la operación Cine Abella y exige que se valore si existen responsabilidades más allá de las políticas contra quienes toman decisiones como estas; adquirir un inmueble inútil a cambio de 800.000 euros del erario público para después anunciar que se está dispuesto a mal venderlo a causa de su lamentable estado.

En el caso que este criterio se extienda a Fajeros y Julio del Campo nos encontraremos con que el puro desinterés permite que el patrimonio municipal se encuentre infrautilizado y justifique hacer caja. Mientras, gran parte de sus usos para y por los vecinos se olvida. Si el PSOE copiaba la política del PP la pasada legislatura, ahora es el PP quien se siente muy cómodo recogiendo como propios los errores del PSOE. Si estos inmuebles no se han vendido es porque nadie quiso comprarlos hace uno,dos y tres años. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

Para IU el Cine Abella si puede servir para algo. Puede acondicionarse para otros usos sin llegar a ser tan cara la obra y ser la sede temporal o permanente de Asociaciones de Vecinos, como eras de Renueva o Polígono 58, puede acoger en su seno al Movimiento 15-M o ser la sede de la Coordinadora de ONGDs. Estos son solo unos ejemplos de colectivos que podrían aprovechar este inmueble para la ciudad.

Ahora resulta que los 800.000 euros pagados a nuestra costa en 2003 por Mario Amilivia tenían letra pequeña. Hoy en día serían necesarios más de 1´5 millones de euros para cumplir los requisitos mínimos de seguridad en el centro, incluido dotar al inmueble de salida de emergencia. Tal vez las opciones para el Abella no deban ser tan ambiciosas. Perder patrimonio tan solo conllevará echar de menos el inmueble cuando de verdad se le necesite.

Lo más doloroso es que un Cine donde se han celebrado conciertos y actos de todo tipo, que ha sido almacén, y se adquirió para uso vecinal y cultural se presenta públicamente como un patrimonio público “que no sirve para nada”.

Es evidente que no puede ser un cine o una sala de conciertos sin acondicionarse pero en una ciudad donde colectivos vecinales, sociales, culturales, juveniles y de todo tipo no tienen lugar de reunión decir que el Abella no sirve para nada es adelantarse demasiado en el diagnóstico.

Desaprovechar un espacio como el antiguo cine Abella, que se encuentra en un barrio, no está en el centro, es un lujo que la ciudad de León no puede permitirse. Si no puede convertirse en un punto de ocio sin una gran inversión puede convertirse en un Centro Social abierto a colectivos de la ciudad que le den contenido y vida, abran este espacio a todo el norte de la ciudad y permitan que varias asociaciones de vecinos, como eras de Renueva y Polígono 58, o solidarias, como la Coordinadora de ONGDs, tengan por fin un despacho y zona de reuniones mientras consiguen otra sede más cercana a sus barrios o para siempre.

En cuanto a Julio del Campo, nos tememos que podría reaparecer el fantasma de la especulación inmobiliaria. Se corre el riesgo de unir en un solo proyecto al actual edificio del archivo, antes tanatorio y mucho antes parque de bomberos, las escuelas de Julio del Campo y la sede de la Concejalía de la Juventud. Si lo unimos todo en una única operación urbanística los beneficios para el comprador pueden ser millonarios pero para el Ayuntamiento puede suponer un mal negocio. Tal vez los ingresos no sean suficientes paracompensar el coste del traslado del archivo. Desmontar todos los muebles especiales, trasladarlo todo a una nueva ubicación y volver a montarlo allí.

Mal vender nuestro patrimonio por falta de imaginación no es una opción. Esforzarse en aprovechar estos espacios para que los colectivos sociales les den contenido es un ejemplo de apertura que puede extenderse incluso al Movimiento 15-M. Llevan semanas pidiendo un lugar donde reunirse en León. Tal vez el antiguo Cine Abella sea la respuesta apropiada a estas y otras reivindicaciones.