Izquierda Unida - León

Hoy he celebrado la reunión más “psicodélica” de mi vida. Me han impedido dos veces acceder a las dependencias donde se encuentran los encerrados y he tenido que hablar con ellos desde la calle, gritando hacia dos ventanas.

La degradación de la Diputación y el escándalo acumulado supera con creces la paciencia y la línea fronteriza exigible en democracia. El último ejemplo ha sido el despido improcedente y estado vegetativo sometido a 9 trabajadoras y trabajadoras de las antiguas Oficinas de Desarrollo Rural. 5 cobran por no hacer nada y 4 se pueden morir de hambre según la señora presidenta.

Ahora mismo el desmantelamiento de estas oficinas, ocurrido en 2009, no es el único ejemplo, se han llevado por delante gran parte del área de bienestar social y tomado medidas ilegales que afectan directamente a la vida de muchos trabajadores pero también de personas que sufren este desmontaje.

IU se pregunta que toma Isabel Carrasco por las mañanas para llegar a este estado de desquiciamiento, laminación de los aspectos más fundamentales de cualquier gestión pública e imposición de una dictadura en una administración donde ya no ni los representantes políticos pueden moverse con libertad y los trabajadores que exigen sus derechos se encierran para después ser secuestrados por los perros de presa de la reina de corazones.

Mañana volveremos a vernos con los encerrados, aunque sea de nuevo a gritos desde la calle.